Ya no viene nadie a casa,
nos encontramos por la ventana.
Antes no quería abrirla,
pero ahora encuentro
esperanza, alegría y motivación en ella.
Cuando miro en ella
me trae muchos recuerdos,
cuando salíamos a pasear
o nos reuníamos en familia los domingos.
El olor a la lluvia me recuerda
esos días de verano cuando
jugábamos debajo de la lluvia
y perdíamos la noción del tiempo.
El sol que se asoma por la ventana
me dice que todo esto va a acabar
y vamos a poder ser libres de nuevo.
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