Dije chau y (Maitena Benedini) Taller de escritura de Eva Murari, Bahía Blanca

 

El Anatsui



Dije chau y me fui a un lugar donde nadie puede encontrarme, un lugar sereno donde

puedo estar en paz conmigo y también con el mundo.

Un lugar donde no existe el dolor para mí. Al resto sí les duele, aunque yo no quiero que

les duela. Es absurdo que les duela si yo no siento ese dolor.

Dije chau y me fui a ese lugar al que muchos le temen, a ese lugar que muchos alaban.

Dije chau y me fui al cielo.

Dije chau y me fui al infierno.

Me fui con Dios, con John Lennon, con Perón y sobre todo me fui conmigo misma.

Suerte alcancé a despedirme porque dije chau y morí.


Mi cuerpo y yo

Mi cuerpo es un esclavo a veces, un esclavo de mí misma. Yo le digo dónde ir, qué

agarrar, qué no tocar y a quién seguir.

Mi cuerpo es un esclavo a veces, un esclavo de mí misma. Aunque a veces también es

libre; cuando danzamos, cuando nos reímos, cuando nos expresamos. Sin pensar, solo

nos expresamos.

Eso nos hace feliz. Muy feliz. Nos dejamos llevar en esos momentos.

Él no solo responde a lo que le digo, sino, que también es mi compañía. Me protege de

muchos peligros. Sus brazos me abrigan en el invierno, sus piernas me sostienen muchas

horas, sus manos acarician mi alma.

Mi cuerpo es un esclavo a veces, un esclavo de mí misma. Yo también soy esclava de mi

cuerpo. Somos como mejores amigos, pero todos los mejores amigos discuten, no están

de acuerdo en muchas cosas, pero son inseparables. Si él llora yo lo consuelo si yo lloro él

me consuela. Nos queremos. Mucho. Nos entendemos. Nos desentendemos. Sabemos

que ambos nos necesitamos para vivir.

Nacimos juntos, Morimos juntos.

Comentarios