Disblend / Daiana Vega. Escuela Superior de Comercio N°43, Reconquista, Santa Fe

El lugar era lo más recóndito que tenían. 

Era un escape, ese gustito a distracción de fin de semana.
Les gustaba pasearse de aquí para allá, sin importar con quien ibas de la mano. 

Las faldas que llevaban los hombres, los músculos las mujeres.
Para los visitantes era la ciudad más extraña que existía. 

No recibían muchos turistas en vacaciones, justamente porque a los que no eran residentes no les gustaba ver niñas con la cara manchada de tierra de tanto jugar a la pelota. 

No les gustaba ver como los nenes usaban tutús en el Festival anual de la independencia. Tampoco les agradaba la idea de que algunas mujeres fueran albañiles mientras sus maridos se quedaban a limpiar.
Se dice que los visitantes odiaban la ciudad, porque ella tenía lo que más añoraban. Libertad. 

En sus pueblos y ciudades comunes, con banderas de colores primarios, el ojo juzgador se posaba sobre ellos. Siempre pendientes del que harán, o el que dirán.
Sin embargo, por más que lo negaran, la ciudad de Disblend les daba la paz que necesitaban hasta volver a sus realidades.
Yo fui alguna vez un visitante. Alguna vez llegué a Disblend, huyendo de mis fantasmas. Me refugié en sus calles medio limpias y ya no quiero volver a la realidad.
Quiero seguir dormido en la ciudad de mis sueños.


Autora:  Daiana Vega. Escuela Superior de Comercio N°43.  






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