Lo poco y mucho que soy / Lara Amalla / Escuela Provincial 746, Comodoro Rivadavia, Chubut


Me gusta cuando el pelo vuela al viento.

Mi pelo cobre, es lindo verlo volar,

Aunque siempre se esponja después de mojarlo.

No era así cuando primera y única,

-Cabe decir-,

Hija yo fui.


Lo bueno de crecer, quiero creer

Es aprender como volver a nacer.

Nacés con dieciséis,

Nacés con pelo azul,

Con nuevos pensamientos;

Pero no querés deshacer lo que una vez fue,

Tampoco querer rehacer.

Sólo volver a nacer.


Creo que la última vez que volví a nacer

Vi la monstruosidad de mis manos.

Es tan impactante saber todo lo que pueden hacer;

Tocar, dibujar, escribir, pintar, estrechar otra,

A veces hasta bailar.

Nadie dijo que una monstruosidad tenía que

Necesariamente  ser mala.

Pero aunque  físicamente mis manos a veces sean

De verdad monstruosas,

Son mías, y las amo.


Me gusta cuando vuelvo a nacer,

Y me doy cuenta que aún tengo que hacer puntitas de pie

Para alcanzar cosas de la alacena.

Creo que es una monstruosidad horrenda,

Asquerosa.

Me gusta exagerar.

Pero sé que si no pudiera hacer puntitas de pie

Existen cosas muchas cosas que no alcanzaría.

No aplica sólo para el chocolate que esconde mamá

En la parte más alta de la alacena.


Hay una infinidad de pensamientos que pasan

Por mi mente, todo el tiempo;

Ninguno parecido,

Todos diferentes,

Con diferente sentir.

A veces me asusto,

A veces lloro,

A veces me rio,

A veces canto, bailo, corro, hablo…

Y carajo, que hablo de verdad;

Sólo en casa.

Si no siento confianza puedo disfrazarme fácil

De pared, y ahí…

Otra monstruosidad.

Y esa si le hace honor a lo que para todos

Significa la palabra.


Me gusta dormir.

Perdón.

Me gusta dormir poco

Ahora sí.

Pero nunca duermo poco.

Tengo una especie de amor y odio con dormir.

Siento que gran parte de mi día se va cuando duermo.

Antes quería que el día tuviera menos horas,

Ahora quiero que tenga al menos dos más,

Porque ni en la madrugada recupero

Las que perdí durmiendo.

Soy un monstruo si de dormir se trata.


Casi siempre mi mirada está cansada,

Pero lo oculto a carcajadas.

No resulta convincente

Una mirada cansada y una carcajada,

Pero las hago propias de mí.


Soñar pequeños sueños

Me gusta.

A veces me vuelo soñando

Y me vuelo demasiado.

Pero me gusta más volar

Cuando alguien sueña un pequeño sueño

En el que estoy yo.

Aunque no seguido me lo dicen,

Tristemente puedo admitir.


Música, es parte de mi

Qué más puedo decir.

Nunca se puede concluir bien

Si se deja de lado la buena música.

Me resulta escalofriante cuando

Las voces resuenan junto al ritmo

Una y otra vez, hasta que las tarareo

Día y noche;

Convirtiéndome en un sonido molesto en donde este.

Creo que para vivir conmigo

Se necesita mucha paciencia.


A veces pinto los días con

Limones, naranjas

Y otras cuantas variedades de cítricos.

Pero también hay días en donde simplemente

No los pinto.

Esos días siempre quedan en mi mente

En distintos matices de grises.


A veces callada,

A veces alocada,

Siempre con música,

Con o sin fantasmas,

Naciendo y renaciendo,

Siendo y queriendo,

Buscando y encontrando,

Bailando y cantando;

Pero en sí, creo que voy.

Casi siempre celebrando lo poco y mucho

Que soy



Comentarios