El pájaro mira a su alrededor
Incomprendido, encarcelado
No entiende la razón del encierro
Ve a sus pares volar, disfrutar allí afuera
Pero intenta escapar, y un intento fallido sucede de nuevo
Las luces se apagan, las luciérnagas vuelan
Esos pequeños destellos lo hacen disfrutar de su estadía en la jaula por
un minuto
Recuerda las reuniones en bandada, en los cables observando las
acciones humanas
Al amanecer los escucha. El también suelta un sonido, pero un sonido de
libertad. Un sonido de BASTA.
Sus compañeros rodean la jaula, esperando que su dueño la abra.
Todos juntos la mueven, quieren que acabe.
Nadie sabe cómo, de qué manera.
Pero así fue. Amplió sus alas luego de días.
De Repente una pluma cae en mi remera, y allí arriba estaba.
La felicidad lo invadía, era claro.
Y nunca antes había visto tanta plenitud.
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